Santiago Suárez: “Trabajar en un musical lo tomo como un regalo”

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El recordado Beto de “De vuelta al barrio” alista su debut en  “La esquina de la cumbia” este 21 de julio, en el que se reafirma la propuesta de presentar obras que cuenten nuestras historias

La cumbia, género musical que ha logrado forjar su propia identidad en el Perú, sirve como hilo conductor a una obra que apuesta por el amor y la lucha por conquistar los sueños. En “La esquina de la cumbia”, que se estrena el 21 de julio en el teatro Plaza Norte, se escucharán los clásicos que han trascendido generaciones y que servirán para contar la historia de Fernando, interpretado por el actor Santiago Suárez, quien se muestra entusiasmado por participar en un musical con identidad propia.

“La cumbia siempre está presente en nuestra vida, es algo que nos identifica, por eso, si bien hay obras de afuera que se montan aquí  y son muy buenas, hacer un musical con una historia muy nuestra, como la que cuenta “La esquina de la cumbia”, es motivador”, dice Suárez.

La cumbia es un género musical que ha logrado trascender todos los estratos sociales, hermana, une a la gente.

Por eso, la propuesta está super interesante, porque efectivamente, la cumbia está en todos los estratos sociales. No hay fiesta donde no se baile cumbia, donde no suenen temas del Grupo 5, de Hermanos Yaipén, de Néctar con la voz de Deyvis Orosco. Efectivamente, la cumbia hermana, une, la cumbia también está presente en el amor, en el dolor, hay mucho de eso. Va a estar hermosa la obra en la que sonarán 16 temas clásicos que van a tener un significado muy importante a través de los personajes y de sus historias.

¿Y qué propone Fernando, tu personaje?

Es un chico joven que acaba de terminar la universidad y siempre anda buscando trabajo para ayudar a su familia. Él vive con su papá y su mamá, ayuda a su viejito en un puesto de periódicos, donde tienen un parlante y hacen sonar cumbia por todos lados. Ese kiosko está en una esquina, por eso la obra se llama “La esquina de la cumbia”.

¿Los sueños del protagonista tienen que ver con la música?

Su sueño es ser cantante de cumbia, el ritmo lo lleva en la sangre, siempre ha estado escuchando cumbia desde muy pequeño y tiene la referencia de su papá que siempre le ha demostrado que la cumbia es muy buena música. En su vida, juega un rol importante su mamá Flor, que ahí pone de una u otra manera la mano dura, pero en el buen sentido, de que hay que ser responsables, disciplinados, cumplidos, ordenados, todo eso es muy importante para cumplir los objetivos.

¿En la vida real estás cumpliendo tus sueños?,

Creo para poder vivir tranquilo, reflejar eso e inspirar a las personas, es poder trabajar en lo que a uno le gusta. Hay que ser honestos en decir que no es sencillo, pero yo asumo cada proyecto, cada reto con mucho compromiso pero también con fidelidad, porque me gusta aprender y disfrutarlo.

Cuesta a veces que la familia se convenza de que del arte se puede vivir.

Recuerdo que a lo largo de mi formación, la familia pone en duda, que tan bien te puede ir, se preguntan qué tanto te conviene esta carrera. Pero al final es tu vida, al fin al cabo son tus sueños, y en eso no hay lugar a discusión, y a seguir para adelante.

¿”La esquina de la cumbia”  te llega en un momento especial de tu carrera?

La verdad estoy muy contento, estoy feliz. En esta etapa de mi vida, “La esquina de la cumbia”, llega como un regalo. El año pasado se dio la oportunidad de estar en ‘El Gran Show” y  es ahí donde conocí a Michelle Alexander y comenzó una relación bonita, de respeto y de admiración. Por mucho tiempo yo he querido trabajar con ella. Ahora se da la oportunidad, entonces lo tomo como un regalo, como algo que he estado esperando hace mucho tiempo.

Además de ponerle pasión a  tu oficio estás consciente de que una constante preparación es algo obligatorio.

Siempre lo he tenido claro desde que empecé a trabajar. Todo lo que tenía ahorradito lo invertía en seguir formándome, me metía a un taller a estudiar actuación, a clases de baile,  porque hay que dar la talla para cada propuesta. Estoy muy agradecido con la vida, yo tengo 32 años, aunque no parezca, y desde muy chiquito he estado muy comprometido con el amor que le tengo al escenario, a la vida artística. Empecé a trabajar a los 10 años de edad, he hecho malabares en la calle, he hecho todo lo que te imaginas, porque no tengo vergüenza y tengo muchas ganas, muchísimas de seguir creciendo.

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